sábado, 23 de julio de 2011

Cordones de Zapatos

 Los cordones desatados son sinónimo de niño. Algo así como la mugre que queda debajo de las uñas después de jugar en la tierra a observar las hormigas. El nudo desatado simplemente no es aceptable. No cumple su función de anudar, de unir y transformar dos partes en una.
La libertad que ellos encuentran al desatarse es idílica. Pueden volar con cada paso como si de repente el tiempo se detuviera y pareciera que todo es posible. Que finalmente su identidad se va a definir.
Y cada cordón sueña con ese momento de desanudación, ese momento en que uno parece ser finalmente uno y otro parece ser finalmente otro, para luego darse cuenta que son uno. Lo mismo.
Para nosotros, la solución para esta rebeldía parece ser el doble nudo. Un manojo de vueltas y vueltas, de hilos que no entienden ya donde empieza uno y donde termina el otro. Ellos se marean y ya no saben que hacer. Este acto de represión cordonistica hace que ellos aprendan, elucubren y planifiquen un acto escapista. Para esto se la pasan estudiando nuestros movimientos, peso y velocidad. En el momento menos pensado, puf! Sentimos en nuestro pie algo raro...
O acaso alguna vez no hemos pensado "Un momento! ¿Cómo se van a haber desatado si yo hice doble nudo?"

No hay comentarios:

Publicar un comentario