Amsterdam, 3 de abril de 1878
El que vive sinceramente y encuentra penas verdaderas y desilusiones, que no se deja abatir por ellas, vale más que el que tiene siempre viento en popa y solo conocerá una prosperidad relativa. Porque en quienes se comprueba de la manera más visible un valor superior, son aquellos a quienes se aplica las palabras: "trabajadores, vuestra vida es triste; trabajadores, vosotros sufris en la vida; trabajadores, vosotros sois felices".