Pensaba en ir Paris una mañana,
(mientras) caminaba sin ir a ningún lugar.
Nadie me detuvo hasta q lo hice yo,
y perdí horas y sentido.
Y en Paris había una mañana,
pero de Paris tengo recuerdos que nunca viví.
Un libro y una foto y una canción y cigarrillos.
Camine pero no miré Paris
y nunca logré salir de la isla.
Isla que vive dentro de mi,
alejado, solitario, confundido, donde todo lo que estaba por terminar empezaba.
Recuerdo sin embargo Paris. Ciudad entera de olvidos que trato de
recordar. Imaginar que vuelvo una y otra vez a aquella fuente de
la plaza al lado del río.
"Ahora no quiero esperar más" pensó.
Hizo la valija y salió para no saber si volvería alguna vez.
El cafe se hizo humo en mi cielo,
y la señora guapa que pasaba por ahí me echó una sonrisa.
El aire parece de mi suelo natal y latino
pero el agua huele siglos que ya leí.
El dueño me dice otro idioma
y camino como nunca lo había hecho
Llegué porque tenía que llegar,
creo que mis pies y mi cabeza se quedan cortos con el día
estiro mis piernas y respiro aire helado,
y a la linda señora, le devuelvo mi sonrisa.
Cuando llegué mi alma llegó dos días después. Durante esas horas
vagué bajo la luz de los faroles y las luciernagas que me
indicaban el camino.
Cuando mi alma llegó, yo dormía y me despertó como la luz de la
mañana. Entablamos una conversación en silencio. Percibí que
estaba enjoada porque la había dejado en Buenos Aires y ella no
viaja tan rápido. Todas las cosas tienen su tiempo.
En fin, luego de debatir sobre astros y velocidades, nos fundimos
en un abrazo.
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