Ella me sigue llamando Gastón, no se porque. La cuestión es que hoy llego de comer con un amigo y por alguna razón veo que hay unas llaves del lado de afuera del edificio. Del otro lado estaba Noemí, una vecina mia del 1ro F, sexagenaria y con un poco de falta de atención (evidentemente). Giro las llaves, entro y estaba ella tratando de acomodar su cartera. Me dice:
"Menos mal que entró alguien conocido! No sabía que hacer... a vos te mandó Dios!"
Subi las escaleras, giré la llave y entré a mi departamenteo.
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